Desde que tenía como trece años tengo una relación muy íntima, intensa y bipolar con lo que los científicos mensos llaman "horas de reposo nocturno". Mientras fui a la secundaria empecé a soñar mucho y a despertar fascinada u horrorizada con lo que soñaba. Por las noches pensaba (casi como si orara): "ojalá hoy sueñe con lugares con...". Luego empecé a probar estar más conciente en ellos para "vivirlos" mejor. Cuando más chingona fui en ello, lograba incluso "revertir" tramas que no me gustaban. Me empezó a ocurrir que soñaba lugares que después conocía; todavía hace poco fui a un poblado de la región central de México que dizque es ciudad y vi un lugar que soñé hace como un año. No le doy las tremebundas explicaciones del viaje astral ni de las vidas pasadas: simplemente me parece maravilloso. Pero bueno, el caso es que cuando tenía como quince años soñé algo "raro" que me dio mucho "miedo": no me moría ni nada, pero estaba claro que algo se había trastocado en el sueño y que era "maligno": ahora supongo que eso raro era la destrucción de la barrera entre el sueño y el "no sueño". Así que empecé a intentar soñar menos y a dejar de hacerlo. Lo de los sueños es más fácil que cualquier otro vicio: uno se esfuerza y más o menos suceden las cosas. Poco después vino el insomnio: ir a la cama y estar dos horas despierta pensando imbecilidades antes de poder dormir. Despertar hecho mierda. Como a mis 20 años volvieron los sueños "maravillosos", las tramas pueden ser jodidas, dolorosas, incluso horribles, pero la magia, la imposibilidad y al mismo tiempo "imaginación" casi física de sus paisajes los hace hermosos. Me dormía pensando: "que sueñe, aunque sean pesadillas". Pero seguía teniendo periodos de insmnio, a veces superpuestos con los periodos de "alucinaciones dormidas", pero casi siempre en relevos. Cuando me mudé a esa casita de los espantos en Obraje, tenía mucho insmonio y muchas pesadillas: pasaba hasta tres horas despierta entre las once y las dos, dormía gacho (frecuentemente con pesadillas) luego me despertaba a las cinco y a las siete me venía un sueño rendidor. Pura mierda. Otra cosa que se me olvidaba, no sé si intentando cuando fui adolescente estar conciente en los sueños o cuándo se me hizo un sueño delgado como la capa de las cebollas con que las madres sugieren que nos cubramos las heridas si no tenemos curitas ("¿y si ya se acabaron las cebollas?"). Incluso "bien" dormida escucho los ruidos de la calle, o un alumbrado con estática o si los vecinos lloran o cogen, si la gente ronca, si un perro camina de un lado a otro en un patio como imbécil. Me cuesta trabajo dormir junto a alguien y puedo sentir cuando pasan los trailers. Aquí en las docs, sé, sin despertar, que ya va a amanecer porque se oye más ruido bajo el árbol y en su copa y un büey que viene trepado en un camión de gas desde Tlalpan empieza a gritar "gaaaaaas". Y sigo "bien" dormida. Para no escuchar ni sentir nada tengo que estar mucho muy fatigada, demasiado alcoholizada, o ambas. Es bueno, de vez en cuando, que suceda; se descansa de verdad. Pero normalmente no. Últimamente, por motivos ajenos a este documental de la noche emo, dejé de interesarme por los sueños después de un periodo particularmente hermoso de ellos: ya no quiero soñar; cuando sueño, me valen madres y procuro pasar juntos a ellos lo más lejos posible: sueño poco y no tan intensamente, por consiguiente. Desde hace un mes un insomnio particularmente feroz llegó desde levante, otro empujó por popa y uno más pequeño, apenas una ráfaga, se aparece desde el oriente. Es una jodedera. A veces me tardo un chingo, como hasta las cuatro, en dormir; otras me duermo en seguida y me despierto a las dos y a las cuatro. Otras, como ayer, duermo a trancos pesados una hora sí, dos y media no, según mis cálculos. Porque no enciendo la luz: me duele la cabeza y no tengo ganas de leer (eso sólo lo agrava). He pensado muchas cosas las últimas dos semanas. ¿Qué más hace uno? Cosas mías; cosas de los otros; cosas de las cosas. A veces el sueño llega después de estar dándole vueltas a una misma pregunta dos horas. Comienzo a hacer cosas que en otro momento consideraría ociosas. Ocurrencias que, supongo, sustituyen a los sueños. A veces no duermo, sólo descanso. Anoche estuve como hasta las tres intentando dormir. Llegó un mosco a joder la madre. Lo maté. Me aventé hasta las cinco y media intentando, y entonces lo logré (en el ínter hice la casita del silencio): ¡dormí cuatro horas de corrido! Antenoche fue gracioso: me dormí como a las cinco, con la cabeza tan pesada como un plomo, y empecé a soñar que subía el puente peatonal diabólico ese por el que se cae la gente. Cuando terminé de subir, vi que no iba a lograr cruzarlo: estaba muy alto y el vértigo era horrible. Me di media vuelta y vi que los hoyos entre los escalones que acababa de subir eran como de medio metro. A veces, cuando sueño feo, me aviento de algún lugar alto para despertar (por aquéllo de que uno no se "puede" morir en los sueños). Pensé: "puta madre, con todo el trabajo que me costó dormirme; ni modo, voy a tener que intentar bajar a salvo la escalera". Lo demás hasta a mí me da vergüenza. Era un sueño altamente debrayante.
Tomando en cuenta que en este blog nos emos dedicado (yo y mis pulgas) a hacer bromas sobre el proceso de escritura que algunos retardados no entienden (pero tampoco dejan sus comments en mi blog, pese a que hay opciones para comentarios anónimos y en vez de eso la hacen de jamón por vía del chisme quesqueanónimo) y a felicitar a la raza complañera, pásenmen sus fechas de cumpleaños gente chévere: me he dado cuenta de que, además de la fecha de alguien a quien no le gusta saber que es su cumpleaños (que fue esta semana), sólo tengo la del Nutterrifas, la de Moniq (que ya pasó), la de Carlos (igual) y ya. ¿Cuándo cumplen años Rocío, Lola, Laura, Karen, Vite, Santiago, Dany, Max, Elba Esther, el Peje, y más?
2 comentarios:
"Nacida el 4 de julio" aunque no me parezca a Tom Cruz.
Hola Claudina
Algo le pasa a la ridícula de Laura que prefiere postearte un coment (qué pedo?) a mandarte un mail (sería más fácil?). Entro con frecuencia a tu blog y siempre (pero sieeeeempre, sieeeeeeempre!) me cago de la risa. A veces, como hoy, me dejas pensando un chingo de cosas, bueno, nomás son dos: tu insomnio y los sueños.
Empiezo por tu insomnio. Ya intentaste masturbarte o coger para poder dormir? Suele funcionar. Sobre todo si lo haces con harta enjundia y terminas sudorosa, maloliente y medio muerta. Has contado borregos? (suena muy mamón, pero sí funciona!). Para casos desesperados recomiendo un matasanos.
Tus sueños. No chingues, qué cosa tan hermosa. Tenías que ser poeta. A mí me ha pasado que encuentro en la vida “real” un objeto, un espacio/construcción/lugar, una persona, que ví primero en sueños. Me he cagado de terror. Y he pasado un par de días idiotizada y delirante, con la paranoia más cabrona de la galaxia. Pero ha sido hermoso. Procura, por piedad, dormir más (pidiendo soñar) y pasar menos tiempo mentando madres por no poder dormir. (Paréntesis gigante: cuando era niña me dormia pensando en lo que quería soñar y, oh sorpresa!, soñaba lo que me daba la gana. Hace tiempo que no puedo hacerlo. Sospecho que esa incapacidad tiene relación con el desfloramiento, pero sólo es una vaga teoría. Fin del paréntesis gigante).
Por cierto, no sé si soy la Laura a la que te refieres (si no soy, ya se chingó la otra, jaja), pero la fecha macabra es 18 de agosto.
Un saludote.
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