En fin, mientras cientos de miles de chinitos lloran a otros miles que están muertos y sepultados (o sepultados y asfixiándose), la raza en esta ciudad del diablo sigue haciendo estupideces y locuras que los llevan a aparecer en La Prensa y que le deben mucho a las telenovelas, a las películas de Pedo Infante y a las de Capulina y al Chavo. Esta noticia bien podría caber en una sección titulada “Tarugadas sangrientas”.
Taquero le amputó dos dedos en una pelea
Una pelea entre un taquero y un presunto policía provocó que el vendedor de tacos tomara un cuchillo y le amputara (¿amputar no es término médico?) dos dedos a su enemigo, quien resultó lesionado (no me digas), y luego de recibir los primeros auxilios fue trasladado a un hospital.El taquero y presunto agresor fue detenido y remitido ante las autoridades ministeriales, y en las próximas horas se determinará su situación jurídica (la mental es clara: estupidez crónica).
Taquero le amputó dos dedos en una pelea
Una pelea entre un taquero y un presunto policía provocó que el vendedor de tacos tomara un cuchillo y le amputara (¿amputar no es término médico?) dos dedos a su enemigo, quien resultó lesionado (no me digas), y luego de recibir los primeros auxilios fue trasladado a un hospital.El taquero y presunto agresor fue detenido y remitido ante las autoridades ministeriales, y en las próximas horas se determinará su situación jurídica (la mental es clara: estupidez crónica).
Algunos testigos declararon a la policía, adscrita a la fiscalía de la Procuraduría General de Justicia del DF en Cuauhtémoc, que este hecho de violencia ocurrió en la esquina de las avenidas Juárez y Balderas (por un momento creí que era donde me gusta comer tacos y lamenté que mi taquero fuera a dar a la cárcel por un mal paso, pero no, se trata del puestito que estorba el paso junto al cajero Banamex y que no huele a nada, luego entonces, los tacos son malos), donde un taquero y un presunto policía empezaron a discutir.
Ello provocó que el vendedor de tacos tomara un cuchillo -con el que parte la carne (¿está seguro el reportero que era el de la carne y no el de la cebolla? ¿en serio había más de un cuchillo?)- y se abalanzara contra su enemigo. A consecuencia de ello (¿a consecuencia de que se abalanzó?), el taquero le cercenó dos dedos, por lo que al lugar llegaron socorristas de la Cruz Roja, mismos que le brindaron los primeros auxilios (¿al taquero, a los dedos, al cuchillo?), para luego trasladarlo a un hospital.
La foto es buena: el de los dedos se ve que es un gañán al que se le podría cortar el pescuezo sin que esto constituyera un crimen (es más, seguro le dijo alguna vulgaridad relacionada con sus dedos a la socorrista); el taquero lo sabe y no se inmuta; la socorrista está asqueada; a los polis de atrás les vale madre.
En fin, raza impía, sigan haciendo tarugadas sangrientas, pero no olviden que la Tectónica de Placas todo lo ve y todo lo oye y llegará el día en que el edificio de al lado caiga sobre el suplente del taquero dedofílico, adjunto a la Torre Mayor, al edificio de la Lotería, al Ángel mamón, a San Lázaro y la ALDF, a Palacio Nacional, al edificio de la PGR, al de la AFI, a la Latino y la rectoría de la UNAM (esto sólo como una contribución al rescate estético de la ciudad), etcétera, pero también se derrumbarán la Ópera (donde como criadillas al ajillo), el sushi roll, la libanesa, los mariscos de Puente de Alvarado, el Mamas pizza de Universidad, el café de chinos en la roma, así como la Audiencia, todos los tugurios de Bucareli, el tío Pepe y hasta el bar decadente donde cantan los rucos con karaoke y cuyo nombre no recuerdo y ya no podré beber cerveza ni comer cosas deliciosas en esos sitios, es más, es probable que yo también muera y que nadie me llore porque todos mis seres queridos también estarán en los escombros. Así que me retracto de mis maldiciones: conmino a la apreciable ciudadanía chilanga a seguir cometiendo tarugadas sangrientas y así mantener entretenida a la Tectónica (que seguramente nos ha tenido piedad porque la hacemos reír).
En fin, raza impía, sigan haciendo tarugadas sangrientas, pero no olviden que la Tectónica de Placas todo lo ve y todo lo oye y llegará el día en que el edificio de al lado caiga sobre el suplente del taquero dedofílico, adjunto a la Torre Mayor, al edificio de la Lotería, al Ángel mamón, a San Lázaro y la ALDF, a Palacio Nacional, al edificio de la PGR, al de la AFI, a la Latino y la rectoría de la UNAM (esto sólo como una contribución al rescate estético de la ciudad), etcétera, pero también se derrumbarán la Ópera (donde como criadillas al ajillo), el sushi roll, la libanesa, los mariscos de Puente de Alvarado, el Mamas pizza de Universidad, el café de chinos en la roma, así como la Audiencia, todos los tugurios de Bucareli, el tío Pepe y hasta el bar decadente donde cantan los rucos con karaoke y cuyo nombre no recuerdo y ya no podré beber cerveza ni comer cosas deliciosas en esos sitios, es más, es probable que yo también muera y que nadie me llore porque todos mis seres queridos también estarán en los escombros. Así que me retracto de mis maldiciones: conmino a la apreciable ciudadanía chilanga a seguir cometiendo tarugadas sangrientas y así mantener entretenida a la Tectónica (que seguramente nos ha tenido piedad porque la hacemos reír).