A mediodía fui a Merced y Sonora por varios víveres; hice ese recorrido que tanto me gusta y ahora sí tomé fotos. La primera foto es de la puerta principal del edificio Juana de Arco, que es una fregonería de principios del XX (según mi ignorancia). En la segunda y terceras fotos, la parte nororiental de Juanita y su derriere, respectivamente (dan a la calzada de Tlalpan). La cuarta foto es de un botecito de basura de manufactura y diseño ecosostenibles empotrado en la pared del edificio. Parece que este edificio y la iglesia que está en la glorieta (a la izquierda del Jeanne en la quinta foto) es de lo poco que aguantó el temblor del 85 en esta zona. Respecto a la iglesia, unas disculpas al hombre de Dios al que insulté en el post anterior. He descubierto que no fue suya la brillante idea de los colores nacoloniales, sino de alguna autoridá. En la sexta foto aparece una iglesia que está casi sobre la calzada de Tlalpan rumbo al norte; esa foto la tomé en junio pasado, cuando todavía conservaba su muy fregón revestimiento de tezontle y roca volcánica y seguía muy “ruinosa”. La séptima foto, desde otro ángulo, es de hoy, avanzadas las labores de “salvación” y pintada ya con los nacolores de la capillita de la glorieta. Por alguna razón que escapa a mi intelecto, los genios de la restauración mexicana tienden a ponerle "un poquitín" en la madre a los edificios que “salvan”, desmadrándoles su estética y, según yo, anulando su restauración. En fin, supongo que alguien le gustan las cosas “bonitas y padrísimas”. La última foto es de la jotógrafa, subida en soberana estructura de acero.
domingo, 17 de enero de 2010
A mediodía fui a Merced y Sonora por varios víveres; hice ese recorrido que tanto me gusta y ahora sí tomé fotos. La primera foto es de la puerta principal del edificio Juana de Arco, que es una fregonería de principios del XX (según mi ignorancia). En la segunda y terceras fotos, la parte nororiental de Juanita y su derriere, respectivamente (dan a la calzada de Tlalpan). La cuarta foto es de un botecito de basura de manufactura y diseño ecosostenibles empotrado en la pared del edificio. Parece que este edificio y la iglesia que está en la glorieta (a la izquierda del Jeanne en la quinta foto) es de lo poco que aguantó el temblor del 85 en esta zona. Respecto a la iglesia, unas disculpas al hombre de Dios al que insulté en el post anterior. He descubierto que no fue suya la brillante idea de los colores nacoloniales, sino de alguna autoridá. En la sexta foto aparece una iglesia que está casi sobre la calzada de Tlalpan rumbo al norte; esa foto la tomé en junio pasado, cuando todavía conservaba su muy fregón revestimiento de tezontle y roca volcánica y seguía muy “ruinosa”. La séptima foto, desde otro ángulo, es de hoy, avanzadas las labores de “salvación” y pintada ya con los nacolores de la capillita de la glorieta. Por alguna razón que escapa a mi intelecto, los genios de la restauración mexicana tienden a ponerle "un poquitín" en la madre a los edificios que “salvan”, desmadrándoles su estética y, según yo, anulando su restauración. En fin, supongo que alguien le gustan las cosas “bonitas y padrísimas”. La última foto es de la jotógrafa, subida en soberana estructura de acero.
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3 comentarios:
Remontar estructuras, terapia contra el miedo.
Sin mas remedio que vivir la Anarquia, en el estado de desarrolo en que se encuentre, en cada espiritu que la intuye!
A la votre sante, Flâneur!
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