jueves, 13 de septiembre de 2007

Premio Nacional de Letras para los reporteros de La Prensa, por favor


De vez en cuando entro a la página de La Prensa y no puedo evitar divertirme muchísimo (pese a lo lamentable de los hechos reseñados) a causa del estilo literario de sus reporteros. Por cierto, me imagino que en tan insigne diario consideran al corrector de estilo un invento de gente fresa. Pos bien; ai les va una selección de notas de hoy, entre las cuales hay una que involucra a esta insigne colonia en que vive su servidora. El fulano al que hallaron difuntado probablemente se hallaba en la esquinita donde por las mañanas venden unos tacos de bistec con longaniza sumamente buenos y por la noche papas fritas y eso. Ojalá no lo hayan usado para preparar la moronga. Las estrellas dictaminan lo valioso, genuino y propositivo en términos literarios de cada nota.


Día violento **


Bueno, primero dice que un joven de 29 años de edad (estoy parafraseando porque no me deja copiar y pegar) recibió una puñalada en una riña con sus compañeros ambulantes en el Centro Histórico, quienes al parecer se disputaban los lugares de venta. "Los hechos ocurrieron sobre el Eje Central, a la altura de la calle Madero... donde dos grupos de vendedores informales comenzaron a discutir y posteriormente (gran sic) pasaron a los golpes." Se imagina usted, algo así como: "aguárdeme un momento, colega ambulante, pues voy a proceder a agredirlo físicamente con posterioridad a esta mentada de madre". "Luego salieron a relucir (¿realmente estaban relucientes? ¿con qué autoridad afirma esto el reportero?) armas punzocortantes y uno de los rijosos (si no usaba este término quedaba incompleta la nota), del cual no quisieron proporcinar su nombre (¿quiénes? ¿acaso las armas punzocortantes?), resultó herido de una puñalada (ah, esas puñaladas tan rijosas). Bla bla bla...


Viejito (GRAN SIC CON MAYÚSCULAS) ardió junto con su casa ***


Bueno, dice que los bomberos llegaron tarde a una casa en la Ramos Millán y después de resolver el siniestro (ve cómo se pega el estilo) encontraron calcinada a "una persona de la tercera edad" (¿ahora sí son burocraticolingüistas?). Luego llegaron los peritos y se llevaron "al septuagenario" para ver si no había "sido ultimado" previamente. "Alrededor de las 6:30 de ayer, vecinos del lugar solicitaron la intervención de los bomberos, toda vez (¿toda vez? ignoraba que alguien siguera usando esto) que salía fuego de las ventanas (ah, cada vez que salía fuego de las ventanas hablaban a los bomberos)... "luego de que los bomberos sofocaron las llamas procedieron a revisar el inmueble" (¿por qué siempre proceden? ¿por qué no nada más "agarraron y revisaron")... encuentran a un hombre calcinado en una habitación y "vecinos del lugar dijeron que posiblemente se trataba del dueño de la casa, el cual tenía aproximadamente 65 años de edad y no platicaba con nadie (vamos, por lo menos debía tener un muñeco de peluche con quien hablar y ¿qué relación hay entre esto y que se haya achicharrado?), sólo lo veían cuando salía a trabajar desde muy temprano y regresaba por la noche" (moraleja: no hay que ir a trabajar) bla bla bla


La nota del hermano de Luis de Llano ***


En el primer párrafo no pasa nada, en el segundo lo encuentra el portero y en el tercero:

"Luego de que se repuso del susto" (SIIIIIICCC) (hubiera sido mejor: "luego de que se repuso del susto, se tomó tres caguamas, fue por una guajolota y pasó al baño") "de imediato solicitó la ayuda de las autoridades ministeriales" (¿qué tan de inmediato?) Bla bla bla


Muerto a escopetazos **************************************


Resulta que unos presuntos miembros del crimen organizado ultimaron a un hombre de 30 años en Iztapalacra. "Vecinos de la colonia Palmitas (¿en serio existe?) informaron... que la madrugada de ayer el ahora occiso (otra vez el periodismo abuelístico)... caminaba muy quitado de la pena (¡SIC!) por la calle de Bronce ("muy quitado de la pena", es maravilloso) cuando "fue interceptado por varios individuos que ya lo esperaban a bordo de un taxi, ecológico" (se ve que la ecología le hace daño a la gente) "y tras decirle algunas palabras con una escopeta" (yo también quiero una escopeta que hable) le dispararon. Luego llegaron los paramédico, quienes "dicatminaron que ya había dejado de existir" (esto es genial, México es el único país con paramédicos expertos en temas ontológicos) Bla bla bla


Y ya, el de la Doctores no es muy propositivo que digamos.


Por todo lo anterior, considero que los reporteros del insigne periódico La Prensa merecen, en colectivo, el Premio Nacional de Letras de este año, por sobre cualquier otro escritorete, camine quitado de la pena o no de madrugada por las calles de la Iztapa.


Iba a poner la foto del viejito, pero está muy gacha. Mejor puse ésta. El reportero se escandaliza de que los elementos de seguridad juegan carreritas ocasionando choques y además "se dan tiempo para relajarse y son vistos con regularidad en las maquinitas de videojuegos".

viernes, 7 de septiembre de 2007

Buenas noches, tristeza


El azar y el destino trajeron acá al Nutte, que nos interrumpió mientras veíamos Nekromantik, fina película cuyo clímax se da, tras una musiquita cursi, cuando el protagonista y su novia le hacen el amor a un cadáver. Consigan la película; es una joya del cine gore simbolista. Eso existe, me cae. Bueno, mi post de la Manzanita Podrida. Esta es una bonita manzanita podrida; y muy desquiciada.


Manzana podrida
Sin aliento
Dentro de la mitología de culto del siglo veinte, Jean Seberg es recordada como la muchacha que vende periódicos en Campos Elíseos, en A bout de souffle o Sin aliento, de Jean-Luc Godard, filme estrenado en 1959, coprotagonizado por Jean Paul Belmondo y considerado por algunos como el nacimiento del cine moderno. Anteriormente, cuando Seberg tenía diecisiete años, filmó Juana de Arco; nada se sabía de ella hasta entonces, salvo que había participado en su infancia, en su pueblo natal, Marshalltown, Iowa, en obras de teatro. Su actuación, y sobre todo su aura sensual y al mismo tiempo inocente y sobrecogedora, se vio impulsada por la labor de su director que, en la escena final (una de las escenas cinematográficas de muerte más perturbadoras) le acercó a la cara una antorcha encendida.
A este éxito siguieron otros en Francia, que no solamente la hicieron un icono, sino también protagonista y figura clave de la Nueva Ola francesa. Bonjour Tristesse, adaptada de la novela de Francois Sagan, y Sin aliento, fueron películas emblemáticas de la época y sus mejores retratos. Sobre todo esta última, de donde salieron secuencias que la han inmortalizado en la memoria de los cinéfilos de culto. A finales de los sesenta filmó en Hollywood Lilith, interpretando un personaje que reflejaba mucho lo que ella misma era: una mujer enajenada en su erotismo y al borde de la locura, pero vital y amorosa. Además, inspiró el personaje de Diana Soren en Diana o la cazadora solitaria, de Carlos Fuentes, a quien abandonó por Romain Gary, reprochándole al primero ser menos culto que éste. El matrimonio con Gary fue una tempestuosa relación marcada por las infidelidades de Jean, que solía seducir alguno que otro mancebo en los sets de filmación, así como en los bares de París y Nueva York. Fue precisamente en una fiesta que conoció a un miembro de las Panteras Negras, organización con la que terminó simpatizando ideológicamente. Su apoyo a este grupo le acarrearía desgracias de las que nunca logró recuperarse psicológicamente.
Siempre estuvo obsesionada con tener un hijo, y entonces, cuando por fin quedó embarazada, el omnipresente FBI se cruzó en su camino. El negrísmo y pestilentísimo Edgar Hoover, ordenó, en 1970 y estando Jean embarazada de siete meses, “neutralizarla”. Para llevar a cabo tan fina tarea, recurrió a prácticas notoriamente elegantes. “Filtró” una carta a los columnistas de chismes en donde aseguraba que el padre del niño no era Gary, sino un miembro de las temidísimas panteras. El efecto psicológico de esto y la adicción de Seberg a los barbitúricos provocaron que diera a luz prematuramente y el niño nació muerto. En un acto que sólo puede ser producido por la desesperación absoluta o el desquiciamiento, Jean llamó a conferencia de prensa y presentó a los periodistas estupefactos el cadáver “blanco” de su hijo no-natural; además, le tomó cerca de 200 fotos. Este acto extremo, sin embargo, no puso a fin a la cacería y llevó al FBI a acosarla hasta que ella decidió mudarse a París.
Después de esta experiencia, y pese a su éxito, incluso como directora, con The ballad of the kid, en 1974, cayó a manos de la locura y la depresión extrema. Podía salir desnuda de los baños de los aeropuertos y por temporadas se alimentaba únicamente de comida para perros. Cada aniversario de la muerte de su hijo, intentó suicidarse. En 1978 sobrevivió a uno de estos intentos en el que se arrojó al metro de París. Así, fue recluida durante este periodo varias veces en centros psiquiátricos. Pero, después del “incidente” del metro, pareció “alivianarse” un tanto; incluso planeó volver a filmar. Sin embargo, fue reportada desaparecida en agosto de 1979. Dos semanas después de su desaparición, el 7 de septiembre, fue encontrada en el asiento trasero de su auto en un suburbio de París con el cuerpo marcado por quemaduras de cigarro y una nota de suicidio. Había tomado una gran dosis de barbitúricos y llevaba once días muerta, envuelta, supuestamente, en un chal que le regaló Carlos Fuentes. Un año después, Gary también se suicidó.