lunes, 10 de diciembre de 2007

Éste no/Premio Cervantes a los reporteros de la Prensa


Hago públicos mis saludos y felicitaciones a los ache agentes que tuvieron a bien capturar a este cabrón taxista. Asimismo, me gustaría pedir a Marcelo (que ya sabemos que no es mi carnal) que a éste no lo haga patrimonio cultural, antropológico y demás. Por otro lado, quiero volver a proponer a los reporteros de La Prensa para un premio literario, ésta vez el Cervantes. No se puede copiar y pegar, por lo que tendré que capturar sólo lo más importante de la nota.


Violaba a pasajeras

"Abusivo taxista modificó las cerraduras... para acorralar a las pasajeras agraciadas con su físico" (mi no entender: ¿estaban buenas o eran amables con su físico o qué? dos: ¿está seguro el reportero que era así de exigente el basterdete este?) Bueno, luego dice que debido a que una de las víctimas proporcionó información, ya espera sentencia "El Tite" (es casi seguro que el mismo reportero le haya puesto el apodo). Su modus operandi involucraba tres espejos retrovisores con los que espiaba a las incautas. Luego narra como su última víctima abordó la unidá en la México-Tacuba y le pidió la llevara a la Villa, pero antes de llegar a su destino, el malparido puso el seguro y se dirigió a una calle solitaria.

"Al ver esta acción irregular" la pasajera intentó salir, pero no pudo por lo de la manija "ya para entonces el taxista la amenazaba con una navaja exigiéndole que se tirara al piso del auto y le entregara su bolsa de mano, y por temor la joven obedeció" (¿por qué otra cosa? ¿por compasión, por solidaridad, por admiración, por afecto, por pura pendejada? Tener una navaja en el cuello causa tantito miedo, ¿no?) "Luego le hizo tocamientos en diversas partes del cuerpo" (SIC) (se llama manosear asquerosamente) "y no conforme le colocó el filo del objeto cortante en la cara" (SIC) (¿está seguro el reportero que lo hizo por inconformidad? ¿qué bases psicológicas tenía para descartar el amedrentamiento, la rabia, la insania y la malditez?) Luego dice que la joven se resistió "lo cual propinó la ira del taxista que le propinó (siempre son necesarios estos términos) un fuerte golpe en el pómulo derecho". Todo terminó felizmente porque pasaba por ahí una pareja y la pobrecilla pudo huir, no sin antes memorizar la placa del tatsi maldito, lo cual llevó a la captura de este sujeto, exconvicto por robo agravado. Y tan-tan.


Aquí el jijo en el auto del crimen.


lunes, 26 de noviembre de 2007

Taxistas chilangos: Patrimonio Antropológico, Cultural e Histórico de la Humanidad Chilanga


Reaunudo sobriamente este blog después de una inmersión profunda en la que pasé de ser una humilde mojarra hasta metamorfosiarme en uno de esos peces raros que viven en las hoyas del pacífico y tienen como foquitos en la cabeza (no tengo un National Geographic a la mano). En una de esas inmersiones, me fue revelada entre otras cosas que yo, si quiero ser "respetada" y ya que ya estoy en "el sistema" (juar juar), tendré que ser más seria "y comprometida como intelectual (requetesic)".

En adelante, este espacio (salvo alguna licencia de su servitoalla) se dedicará a altos fines intelectuales. Aconsejaré a la inmunda sociedad civil, regañaré a mis diputados, "discutiré" con mis compañeritos escritores, me "escandalizaré" cuando mi verdulera preferida, Arzobispo Primado de México, diga una de sus pendejadas, me agarraré del chongo con Saramago, Juentes, ese gran escritor devenido en buey llamado Vargas Llosa o, mejor aún, ese pésimo comediante que es Savater (ellos no se enterarán, por supuesto, pero yo lo contaré por horas cuando esté peda). Pero, sobre todo, y para servir a mi nación, me "involucraré" en la proposición de propuestas: reconocimientos, proyectos de ley, homenajes y otras tarugadas como cátedras sobre pendejadas que desconozco y alguna que otra bula. Dicho está; cuando me dé una licencia, como disciplinada inte advertiré que es una licencia en donde "dejo ver un poco de mí".



Por hoy, me conformo con proponer a Marcelo Ebrá (que para desgracia de mi bolsillo no es mi carnal) que proteja a los tres veces aches taxistas chilangos declarándolos Patrimonio Antropológico, Cultural e Histórico de la Humanidad Chilanga. Ojalá tenga "la sensibilidad" (¿por qué los grillos siempre sacan esto?) de "escuchar" esta "urgente propuesta". (Y si no: ¡güevos!)



"Tomar taxi es como una caja de chocolates: nunca sabes lo vendrá adentro", parafraseando a esa mierda de actor que es Tom Hawnks. Un taxista puede ser el eslabón perdido entre el hombre de Neandarthal y la finadita Lucy (afro no se qué afarensis) o un novelista desconocido; Casanova reencarnado, un analista político y, sobre todo, una pobre alma del siñor que ha escapado quién sabe cómo de las fieras garras del Fray Bernardino.


La vez que más odié a un taxista, éste tenía que conducirme prestamente al consultorio de mi terapeuta (Psicoterapeuta Racional Multimodal Efraín Bartolomé a quien debo mil pesos). El Gran Hijo de Puta primero respondió que sí tenía cambio de cien;luego me dijo "a dóne va"; luego comenzó a comentar vulgaridades sobre su hache esposa ("qué tal que llego a mi casa y encuentro a mi relevo tomando el desayuno... ja ja ja; así se las gastan las viejas"); posteriormente el Hijo de la Gran Hetaira se metió mal y ya cuando iba arriba me dijo "qué cree, que se me olvidó que cambiaramos allá bajo su billete". En una subida se le acabó la gasolina y fui a una tienda a cambiar mi billete; el Maldito Bastardo ¡quería propina! habiéndome dejado a varias cuadras de mi destino en esa cosa nefanda y llena de colinas llamada los Ajuscos Medios.
Otro, un día, me preguntó que si yo iba "repartiendo sonrisas por la tarde siempre". Luego me preguntó a qué me dedicaba (debí responder "a castrar macho") y, cuando le expliqué mi humilde oficio, me contó que él tenía una novela y que la iba a mandar a un premio y se iba a hacer un escitor famoso; que si le ayudaba a corregirla me daba un porcentaje de las regalías.
Otro día, rumbo a los Ajuscos Medios (zona repleta de locos, por lo que se ve) me tocó un chicano nostálgico de no sé qué quizá una "pinche extrañación le había venido de golpe" y decía el conmovedor hombre "lo que más mis the mos wan ai was de was de familia de fud don bode' bot la familia los vatitos corriendo op an daun i mean ¿me entiendo? ¿yu cach? largo very long tu si mai familia y yo no es isi nada at ol pero uno tiene at di end esperanza de filin yu nou, yo me largué for givin progress a mi razita, uno es un estrang' allá; no hay familia..."
La primera vez que me subí sola a un taxi tenía 14 años y era una chamaca pendeja. El histérico loco del taxista montó en cólera cuando saqué un billete de cien. "Ahhhhh, por qué no carga cambio, carajo, yo tengo prisa." Otro, hace poco, se quejó de la apertura social hacia la hache homosexualidad. Íbamos por la condesa y dijo, de pronto: "No puede ser; qué cosas; ya soy viejo. O no sé, pero en mis épocas el pelo largo era inadmisible; las razzias no sabe usted... allá en la Inguarán, donde usted tiene su humilde hogar (¿ah sí? yo pensé que vivía en la doctores ¿será el güisquito?) se hacían razzias y los mayores lo veían pasar a uno con pelo largo y le gritaban cosas y ahora estos muchachos andan tan campantes de la mano por toda la ciudad. Bueno, pero ¿se querrán o sólo es vicio?"
No faltan historias de robos a mano armada, cadáveres encontrados en ce u, robos por viejas que amenazan con parar a la policía y acusarlos de violación. Un conmovido (o pedo) señor me contó cómo se hacía el reparto de cuerpos en 85 en lo que hoy es parque Delta; recuedo algo de hielo, para los cadáveres, y gritos por todos lados. Otro me preguntó un día que si yo no era "muy noviera". Uno, hace poco, me llevó medio deprimida al hipnasio. Terminó de partirme el hocico en 12 pesos. Apenas me subí me dijo que sus hijas no tenían remedio: lo decía con trsiteza, no con coraje: una había dejado la escuela y se levantaba a las once, la otra vivía con un hijo de perra (no lo dijo así, pero lo era, por lo que contó) que la golpeaba y tenía como cinco hijos y veintitrés años. No sabía qué iba a ser de ellas cuando él fuera viejo y no pudiera trabajar. Hace poco uno entró en crisis histérica y se bajó a amenazar a un peatón que no cruzó en paso cebra: "Hijo de puta: ¿no sabes leer? (sic) Pa-so-ce-bra Pa-so-ce-bra. ¿Sí o no hay gente loca, señorita?"
El que más me ha extrañado ha sido un buey que, mientras analizaba el sexenio zedillita, llevaba en la parte de los vochos vacía en el piso (enfrentito de uno) una bolsa transparente con camarones crudos que se iban saliendo hacia la cosa mugrosa en el piso ¡a las doce del día en mayo! ¿A dónde llevaba ese preciado pero putrefacto tesoro? ¿Sabría que a esas madres no debe darles el sol jamás? Y él seguía despotricando contra ese pendejo priísta y analizando los pasos maldados del inge (lo peor es que el ache sí sabía) y los camarones asomaban sus cabecitas contra la cosa mugrosa. Bueno, mejor le paro, porque me estoy malviajando.


Ah, con el último vi a Marcelo Ebrá. Iba en una moto de la poli, a quién sabe qué pendejada. El taxista dijo: "¡¡¡¡¡ai va Marceeelooooooo!!!!! Íiire, no lleva más que dos escoltas. Es el primer regente que veo en moto. Maneja rebién. A ver si no lo matan. Nomás lleva dos escoltas. Ire."
Y ai iba la cholla rala del que no es mi carnal; yo tenía prisa porque hacia calor y traía un kilo de camarones en la bolsa. So, yo quiero hacer un pinche exhorto a don Marce para que proteja a nuestros ache taxistas; no los deje perecer y, si los mata, grabe sendos videos con su harta locura, ternura, rudeza, pendejez, chilanguez y, aunque el 98.98% son retehorribles, belleza.


Otro exhorto intelectual, éste para la hermosa y dulce (y hasta inteligente, salvo en esto) Shakis: ¡NO TE CASES CON ESE PENDEJO! ¡NO TE MERECE! ¡TE VA A HACER CHILLAR! Además, no se ve tan macho y es hijo del pendejo de De la Rúa (de la calle, en algún idioma).


Foto: yo y Spooky en el Zoocalo, y una vieja asustada en eso que no es un tatsi pero que funciona para el postito.

jueves, 18 de octubre de 2007

Yahoo respuestas: el universo de la estulticia


¿Alguno de ustedes, buscanco "información" en internet (cada vez tarda uno más en dar con algo que no sea una estupidez o una obviedad) se ha encontrado con esas respuestas yahoo? ¿Nunca les ha dado curiosidad y han ido al sitio a ver qué diablos más pregunta la gente boba encubierta por el anonimato electrónico? ¿Será que todos somos proclives a hacer preguntas imbéciles si tenemos el privilegio de que nadie se ría en nuestra cara? ¿Qué grado de desesperación es necesario para hacerle preguntas a unos desconocidos que probablemente tengan ganas de tormarle a uno el pelo?


No obstante, me entretuve mucho y coleccioné para ustedes unas preguntas que, lo juro, sí existen ahí.


Verruga en el ombligo?

Me estaré volviendo estúpida?

Seré ninfómana?

Cómo fingo un ataque de asma?

Cómo le hago para emborracharme rápido?

Por qué tiene uno gases en los intestinos?

Puedo tomar alcohol si me inyecto dripospan?

Qué enfermedades pueden darse en el ángulo cardiofrénico derecho?

Cómo puedo evitar sentir que me muero en una crisis de ansiedad? (GRAN SIC)

Cómo le aplico (¡SIC!) la eutanasia a un amigo en estado terminal?

Si tengo mucha tos y sangrado en la nariz será dengue?

Editar mi libro en México?

Cuáles son los aspectos positivos y negativos del argentino?

Cómo recuperar la confianza de mi pastora? (?????!!!!)

Alguien sabe dónde puedo conseguir rascadores para gatos en el df?

Cómo ser amigo íntimo de tu perro?

Cómo puedo enviar un correo elctrónico al presidente Calderón? (¿Para que chingados?)

Por qué hay mujeres que les sale mal olor de la vagina?



Bueno ya, que estuve un buen rato sumergida en el gran universo de la estulticia para hacer esta antología.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Premio Nacional de Letras para los reporteros de La Prensa, por favor


De vez en cuando entro a la página de La Prensa y no puedo evitar divertirme muchísimo (pese a lo lamentable de los hechos reseñados) a causa del estilo literario de sus reporteros. Por cierto, me imagino que en tan insigne diario consideran al corrector de estilo un invento de gente fresa. Pos bien; ai les va una selección de notas de hoy, entre las cuales hay una que involucra a esta insigne colonia en que vive su servidora. El fulano al que hallaron difuntado probablemente se hallaba en la esquinita donde por las mañanas venden unos tacos de bistec con longaniza sumamente buenos y por la noche papas fritas y eso. Ojalá no lo hayan usado para preparar la moronga. Las estrellas dictaminan lo valioso, genuino y propositivo en términos literarios de cada nota.


Día violento **


Bueno, primero dice que un joven de 29 años de edad (estoy parafraseando porque no me deja copiar y pegar) recibió una puñalada en una riña con sus compañeros ambulantes en el Centro Histórico, quienes al parecer se disputaban los lugares de venta. "Los hechos ocurrieron sobre el Eje Central, a la altura de la calle Madero... donde dos grupos de vendedores informales comenzaron a discutir y posteriormente (gran sic) pasaron a los golpes." Se imagina usted, algo así como: "aguárdeme un momento, colega ambulante, pues voy a proceder a agredirlo físicamente con posterioridad a esta mentada de madre". "Luego salieron a relucir (¿realmente estaban relucientes? ¿con qué autoridad afirma esto el reportero?) armas punzocortantes y uno de los rijosos (si no usaba este término quedaba incompleta la nota), del cual no quisieron proporcinar su nombre (¿quiénes? ¿acaso las armas punzocortantes?), resultó herido de una puñalada (ah, esas puñaladas tan rijosas). Bla bla bla...


Viejito (GRAN SIC CON MAYÚSCULAS) ardió junto con su casa ***


Bueno, dice que los bomberos llegaron tarde a una casa en la Ramos Millán y después de resolver el siniestro (ve cómo se pega el estilo) encontraron calcinada a "una persona de la tercera edad" (¿ahora sí son burocraticolingüistas?). Luego llegaron los peritos y se llevaron "al septuagenario" para ver si no había "sido ultimado" previamente. "Alrededor de las 6:30 de ayer, vecinos del lugar solicitaron la intervención de los bomberos, toda vez (¿toda vez? ignoraba que alguien siguera usando esto) que salía fuego de las ventanas (ah, cada vez que salía fuego de las ventanas hablaban a los bomberos)... "luego de que los bomberos sofocaron las llamas procedieron a revisar el inmueble" (¿por qué siempre proceden? ¿por qué no nada más "agarraron y revisaron")... encuentran a un hombre calcinado en una habitación y "vecinos del lugar dijeron que posiblemente se trataba del dueño de la casa, el cual tenía aproximadamente 65 años de edad y no platicaba con nadie (vamos, por lo menos debía tener un muñeco de peluche con quien hablar y ¿qué relación hay entre esto y que se haya achicharrado?), sólo lo veían cuando salía a trabajar desde muy temprano y regresaba por la noche" (moraleja: no hay que ir a trabajar) bla bla bla


La nota del hermano de Luis de Llano ***


En el primer párrafo no pasa nada, en el segundo lo encuentra el portero y en el tercero:

"Luego de que se repuso del susto" (SIIIIIICCC) (hubiera sido mejor: "luego de que se repuso del susto, se tomó tres caguamas, fue por una guajolota y pasó al baño") "de imediato solicitó la ayuda de las autoridades ministeriales" (¿qué tan de inmediato?) Bla bla bla


Muerto a escopetazos **************************************


Resulta que unos presuntos miembros del crimen organizado ultimaron a un hombre de 30 años en Iztapalacra. "Vecinos de la colonia Palmitas (¿en serio existe?) informaron... que la madrugada de ayer el ahora occiso (otra vez el periodismo abuelístico)... caminaba muy quitado de la pena (¡SIC!) por la calle de Bronce ("muy quitado de la pena", es maravilloso) cuando "fue interceptado por varios individuos que ya lo esperaban a bordo de un taxi, ecológico" (se ve que la ecología le hace daño a la gente) "y tras decirle algunas palabras con una escopeta" (yo también quiero una escopeta que hable) le dispararon. Luego llegaron los paramédico, quienes "dicatminaron que ya había dejado de existir" (esto es genial, México es el único país con paramédicos expertos en temas ontológicos) Bla bla bla


Y ya, el de la Doctores no es muy propositivo que digamos.


Por todo lo anterior, considero que los reporteros del insigne periódico La Prensa merecen, en colectivo, el Premio Nacional de Letras de este año, por sobre cualquier otro escritorete, camine quitado de la pena o no de madrugada por las calles de la Iztapa.


Iba a poner la foto del viejito, pero está muy gacha. Mejor puse ésta. El reportero se escandaliza de que los elementos de seguridad juegan carreritas ocasionando choques y además "se dan tiempo para relajarse y son vistos con regularidad en las maquinitas de videojuegos".

viernes, 7 de septiembre de 2007

Buenas noches, tristeza


El azar y el destino trajeron acá al Nutte, que nos interrumpió mientras veíamos Nekromantik, fina película cuyo clímax se da, tras una musiquita cursi, cuando el protagonista y su novia le hacen el amor a un cadáver. Consigan la película; es una joya del cine gore simbolista. Eso existe, me cae. Bueno, mi post de la Manzanita Podrida. Esta es una bonita manzanita podrida; y muy desquiciada.


Manzana podrida
Sin aliento
Dentro de la mitología de culto del siglo veinte, Jean Seberg es recordada como la muchacha que vende periódicos en Campos Elíseos, en A bout de souffle o Sin aliento, de Jean-Luc Godard, filme estrenado en 1959, coprotagonizado por Jean Paul Belmondo y considerado por algunos como el nacimiento del cine moderno. Anteriormente, cuando Seberg tenía diecisiete años, filmó Juana de Arco; nada se sabía de ella hasta entonces, salvo que había participado en su infancia, en su pueblo natal, Marshalltown, Iowa, en obras de teatro. Su actuación, y sobre todo su aura sensual y al mismo tiempo inocente y sobrecogedora, se vio impulsada por la labor de su director que, en la escena final (una de las escenas cinematográficas de muerte más perturbadoras) le acercó a la cara una antorcha encendida.
A este éxito siguieron otros en Francia, que no solamente la hicieron un icono, sino también protagonista y figura clave de la Nueva Ola francesa. Bonjour Tristesse, adaptada de la novela de Francois Sagan, y Sin aliento, fueron películas emblemáticas de la época y sus mejores retratos. Sobre todo esta última, de donde salieron secuencias que la han inmortalizado en la memoria de los cinéfilos de culto. A finales de los sesenta filmó en Hollywood Lilith, interpretando un personaje que reflejaba mucho lo que ella misma era: una mujer enajenada en su erotismo y al borde de la locura, pero vital y amorosa. Además, inspiró el personaje de Diana Soren en Diana o la cazadora solitaria, de Carlos Fuentes, a quien abandonó por Romain Gary, reprochándole al primero ser menos culto que éste. El matrimonio con Gary fue una tempestuosa relación marcada por las infidelidades de Jean, que solía seducir alguno que otro mancebo en los sets de filmación, así como en los bares de París y Nueva York. Fue precisamente en una fiesta que conoció a un miembro de las Panteras Negras, organización con la que terminó simpatizando ideológicamente. Su apoyo a este grupo le acarrearía desgracias de las que nunca logró recuperarse psicológicamente.
Siempre estuvo obsesionada con tener un hijo, y entonces, cuando por fin quedó embarazada, el omnipresente FBI se cruzó en su camino. El negrísmo y pestilentísimo Edgar Hoover, ordenó, en 1970 y estando Jean embarazada de siete meses, “neutralizarla”. Para llevar a cabo tan fina tarea, recurrió a prácticas notoriamente elegantes. “Filtró” una carta a los columnistas de chismes en donde aseguraba que el padre del niño no era Gary, sino un miembro de las temidísimas panteras. El efecto psicológico de esto y la adicción de Seberg a los barbitúricos provocaron que diera a luz prematuramente y el niño nació muerto. En un acto que sólo puede ser producido por la desesperación absoluta o el desquiciamiento, Jean llamó a conferencia de prensa y presentó a los periodistas estupefactos el cadáver “blanco” de su hijo no-natural; además, le tomó cerca de 200 fotos. Este acto extremo, sin embargo, no puso a fin a la cacería y llevó al FBI a acosarla hasta que ella decidió mudarse a París.
Después de esta experiencia, y pese a su éxito, incluso como directora, con The ballad of the kid, en 1974, cayó a manos de la locura y la depresión extrema. Podía salir desnuda de los baños de los aeropuertos y por temporadas se alimentaba únicamente de comida para perros. Cada aniversario de la muerte de su hijo, intentó suicidarse. En 1978 sobrevivió a uno de estos intentos en el que se arrojó al metro de París. Así, fue recluida durante este periodo varias veces en centros psiquiátricos. Pero, después del “incidente” del metro, pareció “alivianarse” un tanto; incluso planeó volver a filmar. Sin embargo, fue reportada desaparecida en agosto de 1979. Dos semanas después de su desaparición, el 7 de septiembre, fue encontrada en el asiento trasero de su auto en un suburbio de París con el cuerpo marcado por quemaduras de cigarro y una nota de suicidio. Había tomado una gran dosis de barbitúricos y llevaba once días muerta, envuelta, supuestamente, en un chal que le regaló Carlos Fuentes. Un año después, Gary también se suicidó.

viernes, 24 de agosto de 2007

Despertar-(no)


Estaba durmiendo. Sí, el viernes a las 12 del día. Sucede que en la semana hice cosas que, ahora me entero por el sagrado internet, uno (una) nunca debe hacer, ni por separado, menos juntas. Se supone que cuando una (o uno, las cosas son tan raras hoy en día) tiene menstruaciones, una debe descansar más. No sólo no descansé lo normal, sino menos. Se supone que cuando uno se va a enfermar de gripe, debe descansar y no mojarse. El miércoles, por ejemplo, con ambas cosas, anduve bajo la lluvia de la compañía de luz a cierta institución cultural de ahí a un consultorio médico de ahí al gimnasio y de ahí al cine. Finalmente, se supone que cuando uno no ha descansado, debe descansar. Pues nel, ayer no lo hice. Y hoy, cuando me disponía a ir temprano al gimnasio dije: “Puta madre, estoy mareada, me siento como si estuviera cruda sin estarlo. ¿Será que mi cuerpo se revela? ¿Será que no debo forzarlo más?” Estaba pensando eso cuando me di cuenta de, incluso si quisiera forzarlo, no se dejaría. Pobrecito: el último mes le han tocado borracheras y crudas arduas, desvelos y sesiones de corrección de estilo bestiales, dietas estrictas; además, se defendió duro en la semana y no se enfermó, pese a pasar por semana negra.

En fin, pues, aunque sin demasiado sueño y, ahora entiendo, un pésimo sentido común, decidí hacer lo más cuerdo y lógico: ir a la cama a jetear. (Estaba tan cansada que babeé; sólo babeo cuando estoy muy muy cansada, y jamás ronco.) Pero soñé. Llevo toda la semana soñando, cosas raras. No me acuerdo mucho de los otros sueños. Pero en este soñaba que, efectivamente, estaba durmiendo y que esperaba una llamada antes de las tres (lo cual era cierto) y que debía despertar sola ya que no había puesto alarma (cierto también). Despertaba y salía a la sala sólo para entrar en shock: mi vecina (ésta sí fantástica) estaba en su balcón, al lado del mío (no tenemos balcones) tendiendo su ropa, pero ¡había dos arneses al fondo de mi sala con unos pinches mecates corredizos y por toda mi sala su maldita ropa tendida! La odiaba con toda mi alma. Sus pinches delantales azules, pues eso tendía en mi casa, mojaban mi mesa y el piso. Intentaba dilucidar si los arneses ya estaban cuando llegué. La muy perra seguía tendiendo, pese a que me veía claramente, al borde de un ataque de pánico. (En la vida real, mis vecinos de abajo y yo nos odiamos recíprocamente.) Le decía: “¡¡¡¡Oiga, ¿qué mierda le pasa? Está tendiendo en mi casa su ropa!!!!” La bestia me respondía: “Sí, así es”. “Oiga, pero qué no ve que se moja mi casa. Además, es mi pinche casa.” “Sí, pero es más grande que la mía. No me alcanza el espacio para tender. La suya es más grande.” Mis resabios marxistas me impidieron, al estilo de Nelson Rufino, decirle: Ja-ja y, en cambio, salí dispuesta, en el peor de los casos, a madrearme con ella. “Deje de hacerlo, puta madre. Deje de hacerlo o le parto la madre.” Ella, a su vez, fue por el pendejo de su marido, que se asomó tras unos arbustos y resultó ser mi vecino real de junto (con quien no tengo pleito). Cuando la jija regresaba, yo le decía (inspirada no sé en qué): “Oiga, si necesita hacer eso, por lo menos avise.” La canalla respondía: “Avisar. Ja-ja.” Mi indignación residía en que era mi pinche casa. Mi preocupación era mayor: esperaba yo al alumno más denotado del Amo Chacmool (El Gran Domador) y sospechaba que la muy culera iba a entrar a revisar su ropa justo cuando estuviéramos en el fornicio; o bien, nos iba a interrumpir de tal tocando la puerta para entrar por su puta ropa.” Maldita”, pensé. Pero estaba en eso cuando recordé la llamada, y por lo tanto, que estaba durmiendo; así me di cuenta de que no había despertado.

Dije: “despierta, güey, despierta”. Vi mi brazo (tal como estaba cuando desperté: torcido en parte bajo mi cabeza) y desperté-(no) otra vez: salgo y veo la ropa, digo, bueno ahora lo que importa es poner orden en la casa: comienzo a arreglar y veo un gato (en la vida real, ayer, cuando regresaba en la noche a casa, oí unos maullidos provenientes del hueco de un poste de luz; parecía ser un gato chiquito. Compré un tetrapak chiquito de leche, pero no hice nada más. Eran las diez, la calle estaba muy oscura ::en esta zona, la luz se termina a las nueve, después, teman por sus vidas:: y el hueco más; tuve miedo de meter la mano. Dije: “mañana, muy temprano, cuando salga al gimnasio, le doy lechita.” Hoy, pese a sentirme devastada y no ir a ejercitarme matutinamente, fui a ver al gatito. Ya no estaba). El gato del sueño resultó ser la Bombona (una gata muy chiquiada que dejé en casa de mis padres hace dos años). Se veía sucia y jodida, pero era la gata que me había acompañado en épocas aciagas. La acaricié y me acordé del tetrapak de leche. Le dije: “Aguántame la vara; ahorita voy por croquetas”. Empecé a verter la leche en una cosita de margarina primavera y me di cuenta de que era una de esas chingaderas de sabor. Pensé: “chocoleche con chococapuchino, ¿le hará bien?” De pronto volví a mirar y el chococapuchino se convertía en croquetas de esas que comen los perros mamones: con cositas verdes que según son verdura. “Bueno, órale pues.”

Luego, me di cuenta de que era un sueño. Salía de la casa y me encontraba en unas escaleras. Había un letrero que decía “gimnasio”. Yo me decía: “Pendeja, ya lo conoces; es una madre que tiene un par de máquinas y una duela de aerobics”. Regresaba por las escaleras hacia arriba y decía: “Tienes que despertar”. Recordé que, según, uno despierta cuando en el sueño se está en peligro de muerte. Estaba en un cuarto piso. Decidí aventarme por la ventana. Tuve miedo. (Si no despierto, ¿me muero de verdad?) Me aventé. Puta madre, caí tan lentamente, despacito, como una pluma. Una Claudina-culera y más flaca de la cara me había detenido de la playera, como en las caricaturas, y había impedido que me rompiera el hocico. Le menté la madre. Sonrió. Me puse como Taz. Me aventé contra el suelo, loca de rabia. Di giros y tropecé. Aullé: “¡¡¡¡Necesito despertar!!!!” En una tercera o cuarta dimensión consciencial estaba preocupada por el tiempo. Sospechaba que ya eran más de las dos. Pues, de otra forma, la cosa no era alarmante. Aunque ha pasado un año desde el último, sueños de despertar-(no) tengo seguido. O, más que seguido, son demasiado traumáticos como para olvidarse. Ésta no fue una pesadilla, lo bueno. Porque he soñado cosas espantosas en la modalidad de despertar-(no) que son capaces de partirme la madre emocionalmente una semana completa. Otra vez: la cama, el brazo izquierdo girado hacia atrás y mi cabeza sobre el brazo: despierto-(no) otra maldita hija de perra vez. Veo los mecates e intento dilucidar si los arneses ya estaban cuando llegué. Si estaban, la cagué yo. Si no, voy corriendo a decirle a mi tío. Decido hablar por teléfono yo, pues supongo que ya son más de las tres. Marco un celular (el que debía de marcar despierta; 04455) y cuando voy por el primer número (correcto) un pato suena en el teléfono: cuac-cuac cuac-cuac cuac-cuac y una voz de fondo dice “si desea dejar un mensaje para los patos hambrientos, espere en la línea”. A la mierda con todos los putos patos. “¡¡¡¡¡¡¡¡¡Yo quiero despertar!!!!!!!!!” Voy y me tiendo en la cama en la posición en la que estoy dormida (siempre hago esto en los sueños de despertar-::no::) y espero la jodedera de siempre: despertar-(no). Pero despierto-sí. ¿Ha escuchado usted, pato lector, cuando en las películas despierta la gente muy feo y le hace “Aaa- aaaah”? Bueno, así le hice. Y sentí más miedo cuando vi mi brazo, en la posición en la que lo vi todas las veces que desperté-(no). Como en otras ocasiones de sueños de despertar-(no), de alguna forma (y no sé de cuál) uno ve en su sueño su cuerpo “tal y como está” y, por tanto, cuando uno despierta-sí, al fin, no sabe si está despertando-(no) otra vez. Se siente gacho, muy gacho-sí.


En la imagen, el cerdito, por la foto del Nutte que quité. Se llama Panchito, y nos acompaña cabalmente en las borracheras.

lunes, 30 de julio de 2007

Poema nulo


Este poema no me lo quisieron publicar en cierta revista en cierto momento (pese a que no fue idea mía mandarlo). Con esta es la segunda vez que en una publicación me piden un texto ex profeso y no lo echan a prensa. La primera fue para tal publicación que me da vergüenza contarlo. Es más, de puro berrinche, ya ni me lo quería publicar yo en este blog, pero bueno, a riesgo de que se quede ahí por los siglos de los siglos, viene de ai.

Anécdota: me he dado cuenta que en el idioma español usamos mucho "entonces". Corrijo por ahora un libro de cálculo (¿¿¿'''???) y he quitado como 100 entonces en 50 cuartillas.


En la imagen, la Mata Hari en sus meros juguetes, nomás porque sí.


Flores para la patria

A las siete en punto el alba tiene un camión de basura junto al fresno cargado de luz que es extraoficialmente en doctor jiménez casi esquina con martínez del río un tiradero de basura observo tres pisos a salvo del olor naranjas podridas zapatos huérfanos vísceras rojas con lunares violetas papel de baño en bolsas transparentes pañales obscenos y pródigos televisores destripados sillones pulguientos que fueron escupidos por la bocaza húmeda de la madrugada cuando los gatos y los pepenadores arrancan valor al desperdicio a esa hora uno sabe que no está solo porque un niño ha encontrado un carrito de pilas que todavía sirve vomita un borracho o pelean un par de gatos por algo que probablemente sea un pescuezo de pollo la madrugada tiene un leve olor a podrido y en lo amplio de su espacio se oyen crujir bolsas alguna metálica vocal de lata mordiendo un muro pasos amedrentados por el silencio pertinaz no se escuchan conversaciones acaso toses de pronto risas algún grito abre un fino ojal en las almohadas exige respeto la hora o la basura no se sabe pero es bastante bueno dragar en el agua turbia de los sueños con un arnés prendido a un fresno nebuloso y fresco antes de las siete de la mañana sin horario de verano un viajero lejano y obsesivo comienza a alborotar a la población sencilla de las copas de los árboles mientras una voz de tenor grita una o dos cuadras al centro gaaaaass y alguien sin falta toca un claxon de tarzán entonces llega el camión de la basura que extraoficialmente canta la diana a la patria en estos puntos cardinales a paladas los trabajadores suben los restos expuestos la reventada fiesta de la basura y sus colores de arrabal furioso van a dar a la boca hambrienta del camión ¿a quién pertenece la basura? ¿a quienes la hacen? ¿a quienes viven de ella? ¿a quienes la recogen? nunca se llevan todo siempre hay un calcetín escurrido el borde de la banqueta o una cáscara de plátano o una latita de chiles un pedal de bicicleta la operación una especie de extraoficial encubrimiento de hechos apenas dura quince minutos los perros ladran de hambre o por ocio una cortina metálica abre los escaparates al día el amanecer oficialmente recibe a la patria veinticuatro exactas horas después entonces la amo dulcemente chorreada de jugo de mandarina en sus azoteas y en mi armario a veces una paloma blanca perfecta y necia recibe un certero escupitajo de sol ¿es esto un milagro o sólo una buena fotografía? el resto del tiempo mi patria se parece más al fresno de la basura la aprecio y la necesito con un poco de renuencia porque sé a mitad de la madrugada que por su causa el silencio y el vacío no conocen mi domicilio.

lunes, 16 de julio de 2007

RIP: el metro


Sí, ya sé que el metro no ha muerto; que si hubiera muerto, yo estaría jalándome los cabellos y no escribiendo contra él, pero pian pianito ai va pal cementerio. El jueves hice 35 minutos a Viveros desde Niños Ebrios a las 11 de la mañana; el recorrido normal es de 20 minutos, o sea que me tardé casi el doble en llegar. Uno de nuestros más insignes investigadores del fenómeno paranormal reporta viajes de una hora desde Niños Ebrios a Viejos Verdes, a las diez de la noche (¿qué no tendría que estar viendo la novela la raza?). En general, esta chingadera es un asco de transporte público (y eso que omito los olores y los sonidos), pero tengo la impresión de que las líneas 1 y 3 se llevan las palmas; la línea 2, donde hay trenes nuevos, es bastante soportable: salvo cuando llueve, va rápido, no se detiene TANTO en el andén, uno puede colocar el coxis en alguno de los tubos que están frente a los asientos y así evitar tener que asirse de los tubos, no apestan tanto porque son más grandes y en general a uno le parece que está apenas en los primeros círculos del infierno. En contraparte, las primeras líneas referidas, son una GRAN MIERDA (más bien, son DOS GRANDES MIERDAS), en especial la 3. Buscando una imagen para este post me encontré varios trenes de diversas ciudades del mundo; realmente nuestra anaranjada porquería es el más tercermundista de ellos. A todo esto, quisiera formular públicamente algunas dudas incandescentes en momentos de espera metruna: ¿POR QUÉ SE DETIENE TANTO EL METRO EN CADA ANDÉN? ¿Qué diablos pasa delante? ¿Es verdad que el conductor espera a que se llene el carrito pa avanzar? ¿Qué significan las dos flechitas verdes al principio del túnel? He preguntado a algunas personas esto y he recibido dos respuestas informadas; una es de un trabajador del metro cuyo nombre no revelaré: dice que desde que llegó López Obrador al gobierno la feria comenzó a menguar y que los trenes comenzaron a recibir mantenimiento después del doble de kilómetros que antes; la otra es de una amiga que conoce a muchos perredistas del ge de efe: éstos sostienen que a cada rato la gente brinca a las vías. Si es esto segundo, emito la siguiente súplica a los suicidas: cuélguensen, no chinguen (además, es más elegante, ¿no?). En fin, bajo este clima complotero es probable que ni Fox Mulder descubriera LA VERDAD. Por cierto (y creo que ya lo conté en otro post): una vez corregí un libro de arqueología que versaba sobre lo que debe y no debe hacer un arqueólogo al llegar a UN SITIO y ahí estaban planeadas por los gobiernos federal y local las rutas de cinco líneas más de las que tenemos, desde la época de Manuel Camacho. A lo cual lo único que tengo que decir es: hijos de la chingada, cuando es época de carestía no hay que robar tanto de las arcas; digo, ya que la costumbre lo manda, hacédlo, pero en proporción a la crisis. En fin, ¿cuánto costarán esas madres? Si los legisladores (del de efe y de san lázaro) dejaran de recibir todos ellos su sueldo (digo, para lo que hacen los bueyes) medio año, ¿nos podrían comprar un par de trenes nuevos? ¿Slim no puede aflojar unos trenecitos, digo, por todos aquellos que pagamos su interné de pacotilla? En fin, sepa usté de quien es la culpa, pero sería sumamente divertido llevar al andén de Hidalgo a todos nuestros próceres a las 7 de la noche; ahí si se cumpliría a cabalidad el dicho de "aprender a amar a Dios en tierra de indios"?


Encuesta:


¿Quién cree que tenga la culpa de que el metro sea una porquería?



a) Calderón (y Fox)


b)Andrej Manuel (y Ebrá)


c)Huitzilopoztli


d)Nutte


e)Paris Hilton


f)La selección


g)Me vale madre



Como estamos en el tercermundismo absoluto, usted tendrá que dejar su opción en los comentarios.


En la imagen, el andén del Zócalo en sus meros jugos. Observe el lector que la obesidad es también un problema de transporte.

jueves, 29 de marzo de 2007


Este es el resumen y la traducción de una nota chistosa que me encontré por ahí:

Milagros García dice ser un híbrido humano-extraterrestre. El análisis del ADN de esta puertorriqueña ha arrojado resultados tan extraños e interesantes que el investigador que los realizó quiere conocerla para recabar más información. El doctor (nunca apareció el nombre del sujeto) no está interesado en el tema extraterrestre, pero sí quiere saber por qué el ADN de esta mujer tiene cualidades tan raras (¿cuáles?). La señora García dice que es el producto de un encuentro cercano del tercer tipo. Un caso similar es investigado en New Paris (¡sí, existe una ciudad llamada así!), Ohio. Una mujer dice tener cualidades excepcionales y se ha comprobado que puede desempeñarse bien con sólo dos horas de sueño diarias. Omnec Onec dice que es una extraterrestre hembra que llegó a la Tierra en 1955 y que nació hace 246 años terrestres (la Gordillo nació hace más, por ai del jurásico) y fue criada en el planeta Venus en un pueblo llamado Teutona, un lugar cuyo nombre evidencia los primeros contactos entre Venus y la Tierra, incluido un viaje a Venus realizado por un científico alemán. La mujer dice que vivió en un plano astral (sin necesidad de un cuerpo) hasta que fue designada por sus líderes para hacer un viaje a la Tierra trayendo un mensaje de paz y hermandad (chale, todo iba bien hasta aquí). Después de aterrizar en la Tierra sustituyó a una niña de siete años que fue atropellada por un camión. Fue criada en Chattanooga, Tennessee, por la abuela de Sheila, la niña del camión. Durante su infancia nunca habló se su orígenes cósmicos; se casó y se mudó a Chicago, donde crió tres hijos. Trabajó como mesera en un bar, como diseñadora de ropa y como cajera. Sin embargo, ya en su adultez temprana empezó a manifestar su segunda misión: ofrecer a la humanidad una advertencia de su relación con el espíritu (SIC). Omnec dice que fue entrenada para vivir como un ser humano en un antiguo monasterio del Tibet.


Este texto nos enseña, por lo menos, tres cosas:

Cómo no se hace una nota periodística.
Que Mausán tiene poca imaginación y nulo ingenio para inventar y relatar jaladas.
Que el thiner daña.

(Suponemos que la venusina es la de la izquierda y la boricua la de la derecha. Lo que sea de cada quien, se ve que han tenido problemas con los fusibles.)

jueves, 11 de enero de 2007

Corregir estilo




Leer durante horas (con prisa porque siempre urge) las cuartillas pergeñadas por otros sujetos intentando hacerlas inteligibles al público lector; hacerlo por salarios bajos, bajísimos o francamente miserables; esperar a que el fulano o la fulana de contabilidad firme nuestro cheque (en caso de ser free-lance) o pasar ocho, nueve y hasta diez horas esclavizado en una redacción de revista o periódico, constituyen apenas el preámbulo del “maravilloso mundo de la corrección de estilo” (término acuñado, creo, por Francisco El Vampiro Cervantes), porque los correctores (gremio sin estilo alguno) también solemos manchar con tinta las páginas en busca de no-sé-qué que no llega: la inmortalidad, fama y gloria literaria, una mentada de madre, etc., de tal forma que hacemos de nuestro oficio mayor (la literatura o algo parecido) un contorsionista que quepa en los agujeros que el oficio mundano le deja. Pero en otra ocasión hablaré de las maravillas burocráticas de la industria editorial, de esta perra inmunda que se pretende prócer, y del arte de escribir mientras se corrige; hoy sólo pasaré lista a algunas curiosidades del oficio: uno de los más desconocidos y sólo comprendido a cabalidad por quienes lo ejercen y por quienes los explotan (como la prostitución y el padroteo). Para empezar, uno lee madres que de otra forma no leería: por ahora corrijo un mamotreto de 1,600 cuartillas intitulado La banca, el dinero y los mercados financieros (escrito por un ultraneoliberal hardvariano que hace pésimos chistes) y un compendio de la Biblia para cristianos subnormales (al menos el autor así lo cree). Esto, en un principio un atentando contra aquellos que disfrutamos la lectura, suele traer conocimiento. Conforme uno se gana el pan, va haciendo una rara labor antropológica: conoce regiones de la perversión humana a las que uno no es asiduo, por ejemplo, cuando uno corrige libros religiosos o de superación personal, así como revistas de chismes. En menor medida, llegan nuevos conocimientos hasta nosotros: por un libro que corregí sé que desde hace ¡veinte años! están contempladas siete nuevas líneas del metro que no existen en esta ciudad gracias a la desmedida codicia de nuestros gobernantes; con este libro para aspirantes a corredores de bolsa o a presidente mexicano al fin compruebo que los economistas son tan científicos como los oráculos de Walter Mercado. Pero todo marcha bien si uno no conoce a los autores (o si a los autores les valen madre sus libros) porque en caso contrario (por ejemplo, cuando un autor paga un libro y uno es el cargado de corregirlo; o cuando uno le ofrece pendejamente su trabajo a los amigos literatos) se sufre harto, hartísimo: los autores que se creen escritores son como una gastritis ulcerosa. En primer lugar, creen que escriben PERFECTAMENTE, y que uno (el corrector) es un pobre diablo. Minimizan su mal uso de los verbos, su infinidad de faltas ortográficas y dedazos y el montón de formas anacrónicas que suelen usar; es más, las elevan a reglas gramaticales. Protestan airadamente si uno intenta dar forma a sus desvaríos lingüísticos o, si son amables, de plano te dicen: “Ay, a mí no me gusta usar comas; afean mi prosa”, “¡es un ensayo; no puedo dividirlo en párrafos!”, o la típica pendejada: “García Márquez dice que no se deben usar gerundios”. Bueno, pero todavía falta lidiar con los jefes, que suelen ser correctores senior con sus manías particulares. (Cabe decir que uno prefiere a un veterano maniático que a un arribista que repite como loro la única regla gramatical que sabe, o que inventa una.) La única vez que trabajé in situ lo hice en una editorial independiente; mi jefe entraba en crisis cuando descubría unas comillas que no fueran francesas, porque según él “esas son las correctas”. No podía ver adverbios mente y otra vez García Márquez y los gerundios. Además, consideraba que una cuartilla debía quedar “a la primera en pantalla”, para que me comprendan los no-correctores: con una única corrección en la computadora un libro podía ser mandado a imprenta con la seguridad de que no se saldrían erratas. Ja, si así fuera, el dineral que se ahorrarían las editoriales comerciales. Porque sí, además de todo, y por bueno que sea el corrector: SIEMPRE se van cosas; para que una cuartilla vaya a imprenta, tres o cuatro pares de ojos deben revisarla minuciosamente. A estas alturas, éste parece el retrato del Pípila, pero no se crea, los tres veces ache correctores también tenemos uñas; algunos garras tremendas. En una ocasión, corrigiendo un libro para la ubre mayor de la cultura estatal, mi jefe (el editor) tachó un montón de correcciones hechas a las páginas sin punto y aparte de un becadísimo autor. “No es work-in-progress. Déjalo sin párrafos. Si no se entiende es que él no quiere que se entienda.” En otra ocasión, mi jefe y yo lamentamos muchísimo tener que cuidar nuestros respectivos pellejos y despensas. Teníamos ante nosotros una espléndida línea (también era una línea) de un ilustrísimo escritor. Decía algo así como: “Ser escritor es vaciarse.” Coincidimos en que el texto ganaría si en lugar de ello se leía: “Ser escritor es vaciado.” Desgraciadamente, tuvimos que cuidarnos de no irritar al autor que asocia la escritura con las guácaras y los enemas y conformarnos con acicalar lo arrojado. Vaya oficio, ¿no?