domingo, 22 de marzo de 2009

Manuel José Arce/Yo no quisiera ser de aquí/ Un cráneo en la sombra




Un cráneo en la sombra

¿Dónde poner ahora la cabeza?
Me dijeron
--Los pies sobre la tierra,
las alas en el viento
¡y las manos arriba!

¿Y la cabeza?
Se han tejido teorías, se han fabricado hipótesis:
--La cabeza, debajo del sombrero;
encima de los hombros;
al final del cogote;
detrás del macapal;
bajo el cuchillo de la guillotina;
al encuentro de un tiro de pistola;
enmedio de laureles;
bajo la lupa de un sicoanalista.
¡Pero nunca en tus manos,
nunca en tu regazo,
nunca en la almohada, al lado de la tuya!

Y de no ser así,
¿cómo justificarla?
Ya no es bastante sólo decir:
--Gracias a ella existen las industrias
de peines, de analgésicos, de anteojos,
libros y barberías,
los dentistas, los oculistas y los naringólogos
¡tanta gente viviendo de este redondo y complicado fruto!

Pero al fin de cuentas,
yo sólo estoy aquí preguntando una cosa:
--Si no es entre tus manos, si no es en tu regazo,
si no es sobre la almohada, al lado de la tuya,
¿dónde poner, entonces, la cabeza?