lunes, 26 de noviembre de 2007

Taxistas chilangos: Patrimonio Antropológico, Cultural e Histórico de la Humanidad Chilanga


Reaunudo sobriamente este blog después de una inmersión profunda en la que pasé de ser una humilde mojarra hasta metamorfosiarme en uno de esos peces raros que viven en las hoyas del pacífico y tienen como foquitos en la cabeza (no tengo un National Geographic a la mano). En una de esas inmersiones, me fue revelada entre otras cosas que yo, si quiero ser "respetada" y ya que ya estoy en "el sistema" (juar juar), tendré que ser más seria "y comprometida como intelectual (requetesic)".

En adelante, este espacio (salvo alguna licencia de su servitoalla) se dedicará a altos fines intelectuales. Aconsejaré a la inmunda sociedad civil, regañaré a mis diputados, "discutiré" con mis compañeritos escritores, me "escandalizaré" cuando mi verdulera preferida, Arzobispo Primado de México, diga una de sus pendejadas, me agarraré del chongo con Saramago, Juentes, ese gran escritor devenido en buey llamado Vargas Llosa o, mejor aún, ese pésimo comediante que es Savater (ellos no se enterarán, por supuesto, pero yo lo contaré por horas cuando esté peda). Pero, sobre todo, y para servir a mi nación, me "involucraré" en la proposición de propuestas: reconocimientos, proyectos de ley, homenajes y otras tarugadas como cátedras sobre pendejadas que desconozco y alguna que otra bula. Dicho está; cuando me dé una licencia, como disciplinada inte advertiré que es una licencia en donde "dejo ver un poco de mí".



Por hoy, me conformo con proponer a Marcelo Ebrá (que para desgracia de mi bolsillo no es mi carnal) que proteja a los tres veces aches taxistas chilangos declarándolos Patrimonio Antropológico, Cultural e Histórico de la Humanidad Chilanga. Ojalá tenga "la sensibilidad" (¿por qué los grillos siempre sacan esto?) de "escuchar" esta "urgente propuesta". (Y si no: ¡güevos!)



"Tomar taxi es como una caja de chocolates: nunca sabes lo vendrá adentro", parafraseando a esa mierda de actor que es Tom Hawnks. Un taxista puede ser el eslabón perdido entre el hombre de Neandarthal y la finadita Lucy (afro no se qué afarensis) o un novelista desconocido; Casanova reencarnado, un analista político y, sobre todo, una pobre alma del siñor que ha escapado quién sabe cómo de las fieras garras del Fray Bernardino.


La vez que más odié a un taxista, éste tenía que conducirme prestamente al consultorio de mi terapeuta (Psicoterapeuta Racional Multimodal Efraín Bartolomé a quien debo mil pesos). El Gran Hijo de Puta primero respondió que sí tenía cambio de cien;luego me dijo "a dóne va"; luego comenzó a comentar vulgaridades sobre su hache esposa ("qué tal que llego a mi casa y encuentro a mi relevo tomando el desayuno... ja ja ja; así se las gastan las viejas"); posteriormente el Hijo de la Gran Hetaira se metió mal y ya cuando iba arriba me dijo "qué cree, que se me olvidó que cambiaramos allá bajo su billete". En una subida se le acabó la gasolina y fui a una tienda a cambiar mi billete; el Maldito Bastardo ¡quería propina! habiéndome dejado a varias cuadras de mi destino en esa cosa nefanda y llena de colinas llamada los Ajuscos Medios.
Otro, un día, me preguntó que si yo iba "repartiendo sonrisas por la tarde siempre". Luego me preguntó a qué me dedicaba (debí responder "a castrar macho") y, cuando le expliqué mi humilde oficio, me contó que él tenía una novela y que la iba a mandar a un premio y se iba a hacer un escitor famoso; que si le ayudaba a corregirla me daba un porcentaje de las regalías.
Otro día, rumbo a los Ajuscos Medios (zona repleta de locos, por lo que se ve) me tocó un chicano nostálgico de no sé qué quizá una "pinche extrañación le había venido de golpe" y decía el conmovedor hombre "lo que más mis the mos wan ai was de was de familia de fud don bode' bot la familia los vatitos corriendo op an daun i mean ¿me entiendo? ¿yu cach? largo very long tu si mai familia y yo no es isi nada at ol pero uno tiene at di end esperanza de filin yu nou, yo me largué for givin progress a mi razita, uno es un estrang' allá; no hay familia..."
La primera vez que me subí sola a un taxi tenía 14 años y era una chamaca pendeja. El histérico loco del taxista montó en cólera cuando saqué un billete de cien. "Ahhhhh, por qué no carga cambio, carajo, yo tengo prisa." Otro, hace poco, se quejó de la apertura social hacia la hache homosexualidad. Íbamos por la condesa y dijo, de pronto: "No puede ser; qué cosas; ya soy viejo. O no sé, pero en mis épocas el pelo largo era inadmisible; las razzias no sabe usted... allá en la Inguarán, donde usted tiene su humilde hogar (¿ah sí? yo pensé que vivía en la doctores ¿será el güisquito?) se hacían razzias y los mayores lo veían pasar a uno con pelo largo y le gritaban cosas y ahora estos muchachos andan tan campantes de la mano por toda la ciudad. Bueno, pero ¿se querrán o sólo es vicio?"
No faltan historias de robos a mano armada, cadáveres encontrados en ce u, robos por viejas que amenazan con parar a la policía y acusarlos de violación. Un conmovido (o pedo) señor me contó cómo se hacía el reparto de cuerpos en 85 en lo que hoy es parque Delta; recuedo algo de hielo, para los cadáveres, y gritos por todos lados. Otro me preguntó un día que si yo no era "muy noviera". Uno, hace poco, me llevó medio deprimida al hipnasio. Terminó de partirme el hocico en 12 pesos. Apenas me subí me dijo que sus hijas no tenían remedio: lo decía con trsiteza, no con coraje: una había dejado la escuela y se levantaba a las once, la otra vivía con un hijo de perra (no lo dijo así, pero lo era, por lo que contó) que la golpeaba y tenía como cinco hijos y veintitrés años. No sabía qué iba a ser de ellas cuando él fuera viejo y no pudiera trabajar. Hace poco uno entró en crisis histérica y se bajó a amenazar a un peatón que no cruzó en paso cebra: "Hijo de puta: ¿no sabes leer? (sic) Pa-so-ce-bra Pa-so-ce-bra. ¿Sí o no hay gente loca, señorita?"
El que más me ha extrañado ha sido un buey que, mientras analizaba el sexenio zedillita, llevaba en la parte de los vochos vacía en el piso (enfrentito de uno) una bolsa transparente con camarones crudos que se iban saliendo hacia la cosa mugrosa en el piso ¡a las doce del día en mayo! ¿A dónde llevaba ese preciado pero putrefacto tesoro? ¿Sabría que a esas madres no debe darles el sol jamás? Y él seguía despotricando contra ese pendejo priísta y analizando los pasos maldados del inge (lo peor es que el ache sí sabía) y los camarones asomaban sus cabecitas contra la cosa mugrosa. Bueno, mejor le paro, porque me estoy malviajando.


Ah, con el último vi a Marcelo Ebrá. Iba en una moto de la poli, a quién sabe qué pendejada. El taxista dijo: "¡¡¡¡¡ai va Marceeelooooooo!!!!! Íiire, no lleva más que dos escoltas. Es el primer regente que veo en moto. Maneja rebién. A ver si no lo matan. Nomás lleva dos escoltas. Ire."
Y ai iba la cholla rala del que no es mi carnal; yo tenía prisa porque hacia calor y traía un kilo de camarones en la bolsa. So, yo quiero hacer un pinche exhorto a don Marce para que proteja a nuestros ache taxistas; no los deje perecer y, si los mata, grabe sendos videos con su harta locura, ternura, rudeza, pendejez, chilanguez y, aunque el 98.98% son retehorribles, belleza.


Otro exhorto intelectual, éste para la hermosa y dulce (y hasta inteligente, salvo en esto) Shakis: ¡NO TE CASES CON ESE PENDEJO! ¡NO TE MERECE! ¡TE VA A HACER CHILLAR! Además, no se ve tan macho y es hijo del pendejo de De la Rúa (de la calle, en algún idioma).


Foto: yo y Spooky en el Zoocalo, y una vieja asustada en eso que no es un tatsi pero que funciona para el postito.

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