lunes, 10 de diciembre de 2007

Éste no/Premio Cervantes a los reporteros de la Prensa


Hago públicos mis saludos y felicitaciones a los ache agentes que tuvieron a bien capturar a este cabrón taxista. Asimismo, me gustaría pedir a Marcelo (que ya sabemos que no es mi carnal) que a éste no lo haga patrimonio cultural, antropológico y demás. Por otro lado, quiero volver a proponer a los reporteros de La Prensa para un premio literario, ésta vez el Cervantes. No se puede copiar y pegar, por lo que tendré que capturar sólo lo más importante de la nota.


Violaba a pasajeras

"Abusivo taxista modificó las cerraduras... para acorralar a las pasajeras agraciadas con su físico" (mi no entender: ¿estaban buenas o eran amables con su físico o qué? dos: ¿está seguro el reportero que era así de exigente el basterdete este?) Bueno, luego dice que debido a que una de las víctimas proporcionó información, ya espera sentencia "El Tite" (es casi seguro que el mismo reportero le haya puesto el apodo). Su modus operandi involucraba tres espejos retrovisores con los que espiaba a las incautas. Luego narra como su última víctima abordó la unidá en la México-Tacuba y le pidió la llevara a la Villa, pero antes de llegar a su destino, el malparido puso el seguro y se dirigió a una calle solitaria.

"Al ver esta acción irregular" la pasajera intentó salir, pero no pudo por lo de la manija "ya para entonces el taxista la amenazaba con una navaja exigiéndole que se tirara al piso del auto y le entregara su bolsa de mano, y por temor la joven obedeció" (¿por qué otra cosa? ¿por compasión, por solidaridad, por admiración, por afecto, por pura pendejada? Tener una navaja en el cuello causa tantito miedo, ¿no?) "Luego le hizo tocamientos en diversas partes del cuerpo" (SIC) (se llama manosear asquerosamente) "y no conforme le colocó el filo del objeto cortante en la cara" (SIC) (¿está seguro el reportero que lo hizo por inconformidad? ¿qué bases psicológicas tenía para descartar el amedrentamiento, la rabia, la insania y la malditez?) Luego dice que la joven se resistió "lo cual propinó la ira del taxista que le propinó (siempre son necesarios estos términos) un fuerte golpe en el pómulo derecho". Todo terminó felizmente porque pasaba por ahí una pareja y la pobrecilla pudo huir, no sin antes memorizar la placa del tatsi maldito, lo cual llevó a la captura de este sujeto, exconvicto por robo agravado. Y tan-tan.


Aquí el jijo en el auto del crimen.


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