sábado, 20 de diciembre de 2008

Carta para Chancla Clós


Pinche Santa:
Este año me he portado rebien: no me suicidé ni fue a dar a la cárcel ni al Fray Bernardino ni a una granja; tampoco pasé a engrosar las filas de la prostitución, pese a que la situación económica está como para eso y más; no maté ningún animal (salvo mosquitos) ni le puse en la madre a alguna plantita en un camellón (cosa que a los chilangos nos encanta hacer); mis deseos de asesinar a esas dos o tres personas que lo merecen se quedaron en eso: deseos. He mentado sólo las madres que ha sido necesario mentar y salvo la vez que le dije a mi vecino que era un fascista no he sido exagerada en mis juicios a otras personas (no es fascista, sólo un miserable pendejo). Además, he sufrido un poco: me enfermé muy juerte en dos ocasiones, soporté crudas terribles, un inicio de año con depresión, desempleo, reclamos injustos de parte de gente exigente, mucho tráfico, menstruaciones dolorosas (e innecesarias, por cierto), dolor de muelitas (primero por la caries y luego porque mi dientista no me puso anestesia para curarme), colas en los bancos, carencias económicas y tres encuentros Fonca (si tú alguna vez hubieras ido a uno, sabrías que con esto basta para traerme regalitos). Además, he madurado un poco: chillo menos, me quejo mucho, pero trato de divertirme al quejarme, no perdí la credencial de elector ni las llaves de la casa. Escribo disciplinada y apasionadamente. En pocas palabras, tomando en cuenta que soy una Persona con Capacidades Emocionales Diferentes, es decir, una cojita emocional, he sido suficientemente fuerte y valiente, y medianamente fregona. Así que ¡güevos! si no me traes lo que te pido:

1 Que todos los chilangos que se fueron y/o que salen de vacaciones no regresen jamás.
2 Un órgano que haga que no peguen las crudas; de preferencia chiquito y que no duela nunca; puedes ponérmelo junto al hígado, para que me acuerde dónde está.
3 Un intestino nuevo que no sufra de colitis.
4 Un estómago nuevo que no sufra de gastritis.
5 Unos pinches ovarios nuevos que no críen quistes y que no me tumben en la cama cada 24 días. De preferencia, que funcionen con ciclos de 60 días.
6 Un gatito, que no haga caca.
7 Un mecenas que crea en mi desmedido talento artístico y que decida mantenerme dignamente de aquí al día que me muera. Me tiene que poner un depa espacioso sobre Viaducto (yo sé porque ahí) y una mesada mensual de 40,000 bolas, para que veas que no abuso. Claro, más un fondo para Composturas Varias: por si me enfermo de algo grueso y para el inevitable momento en que tenga que levantarme las tetas y ponerme bótox. A cambio, yo le daré la oportunidad de escuchar mis sabias opiniones y el privilegio de mi exquisita conversación una vez a la quincena durante dos horas.
8 Una esclava o un esclavo que lave los trastes, limpie la casa y haga colas en los bancos. De preferencia, que sea de buen ver y oler, por aquello de que uno se puede enfermar por convivir frecuentemente con gente fea y/o hedionda.
9 Unas chanclas de fino pero cómodo cristal de Bacará como las de Cenicienta.
10 Un teletransportador.

Y ya. A cambio prometo portarme igual de bien que este año, excepto por las mentadas: empiezo a creer que no hay por qué negarle a nadie el derecho a ser mandado a cogerse a su proge de vez en cuando (sobre todo si esos alguienes son automovilistas idiotas que tocan el claxon, la perra bruja de la tiendita que no me quiso vender una aspirina porque su culo no tenía cambio, taxistas con diablito en el taxímetro, funcionarios varios y rucos que no se bañan y se suben oliendo a caca, sudor y semen viejo al transporte público, mi miserable pendejo vecino y un constantemente en crecimiento etcétera).

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